Preocupación por descuido del patrimonio histórico y arquitectónico

El arquitecto Gustavo Navone, a través de la red social Facebook, mostró en estos días su malestar por comprobar que un edificio antiguo, ubicado en la esquina de la intersección de la avenida 25 de Mayo y Pueyrredón, había sido demolido y sus escombros exponían a quien pasara por el lugar, la improvisación del operativo con el que se le dió finalización a la vida del inmueble. Navone, que es reconocido por su prédica por el cuidado del patrimonio arquitectónico de la ciudad y el distrito, manifestaba su sorpresa al descubrir que el centenario edificio fue demolido de una manera desprolija, sin que el municipio tuviera algún tipo de intervención, ya que la “obra” carece de vallado perimetral y no hay ningún cartel con el permiso correspondiente que señale que un profesional está a cargo de la misma. Navone manifiesta que le sorprende la violencia de la demolición, “es como la ratificación que cualquiera puede hacer cualquier cosa, y no sucede nada.

Esquina de Av. 25 de mayo y Pueyrredón. Edificio demolido

. Hay mecanismos que no deben ignorarse en estos casos. Es un edificio centenario…”. Cree que es un proceso que se lleva adelante en este tipo de casos. “Es un inmueble que se deja a su suerte, se lo abandona, se invisibiliza para todos, hasta que alguien decide la demolición. Hay legislación nacional, provincial y municipal que hablan de la preservación histórica, cultural y arquitectónica. Pero requiere que en cada caso, en cada edificio en particular, debe tramitarse dentro del marco de esa legislación específica que será aplicada en aquellos bienes inmuebles sobre los cuales deberá estar justificado. En el caso de nuestra ciudad, solo creo que esto se aplicó en los casos de la Escuela N° 1 y la Municipalidad. Lo demás, nada hay que impida que sea demolido”. Navone, quien estuvo a cargo de la dependencia municipal, reconoce que nada pudo hacer por implementar iniciativas en este sentido en cuanto a lo que plantea la legislación (“yo no tenía la última palabra”), más allá que en ese período nada fue demolido, según afirma convencido. Pero para él es claro que debe haber un interés en este tema, para avanzar en la implementación de esa legislación proteccionista. Y que no percibe que esto sea así en este momento, como tampoco lo hubo antes. Siente que “es un fracaso como comunidad no proteger lo que considera bienes irremplazables, bienes no renovables. Pueden ser adaptados, según el grado de protección que dispongan, aquellos edificios que se encuentran alcanzados por esta normativa que protege y preserva el patrimonio cultural, arquitectónico e histórico de una comunidad. No es intocable; podrá intervenirse un porcentaje, según lo determine la legislación correspondiente. O en su fachada, por ejemplo. Todo tiene que estar debidamente definido en un expediente. Lo que se hizo con este inmueble fue un verdadero atropello a la comunidad, a todos”, sostiene dolido y preocupado el profesional. Navone afirma además que de haber sido declarado ese inmueble con protección patrimonial antes de que fuera demolido (como se hace en otras jurisdicciones como San Isidro o la Ciudad autónoma de Buenos Aires), se habilitaría solo la construcción de un porcentual (por ejemplo el 70%, el 60% o el que se defina) de lo que estaba construido, lo que viene a representar la verdadera sanción al quien realizó la demolición, más allá del pago de la multa correspondiente y la presentación de los planos que administrativamente sea requerido. Así se evitaría esa especulación inmobiliaria de tirar abajo propiedades que pudieran contar con esa protección patrimonial, para construir un edificio de varios pisos.  

Antes de la demolición