La violencia en las escuelas

La compleja situación que se está viviendo por estos días, por ejemplo, en la Escuela Secundaria N° 13, ubicada en José Hernández y Alberdi, Villa Vengochea, Las Malvinas, con los reiterados hechos de violencia protagonizados por parte del alumnado, de los que han sido víctimas también algunos docentes y/o directivos de la institución, se ha visto reflejada en publicaciones en distintos medios y en las tan requeridas y utilizadas redes sociales, lo que ha generado preocupación entre el personal docente que se desempeña en la propia institución, ya que en ningún momento ha sido contemplada y/o consultada su postura frente a los hechos que involucran a la comunidad educativa en su conjunto. Incluso se han llevado a cabo reuniones por parte de las autoridades educativas del distrito y ya se han hecho anuncios extraoficiales (como habitualmente ocurre) sobre la gran preocupación que generan este tipo de situaciones, pero que en concreto se sigue sin decidir un plan sobre cómo actuar frente a situaciones que requieren de iniciativas que acudan a atender con urgencia determinados casos que no pueden esperar. Y que todos los actores involucrados sean debidamente convocados para trabajar en la resolución más adecuada de una problemática tan complicada como esta.

Si bien ya han transcurrido unos cuantos días en que un grupo de ellos presentaran una nota que elaboraron precisamente para fijar su posición frente a lo que está aconteciendo, para que los directivos de la institución y las autoridades superiores conocieran su postura sobre esos hechos, corresponde que sea conocida por la opinión pública, como para que algunas declaraciones que se han hecho públicamente puedan ser contrastadas con su visión de lo que ha ocurrido. La nota dice lo siguiente: “La comunidad docente de la secundaria n°13 de General Rodríguez  ante los hechos de violencia que son de público conocimiento, queremos brindar nuestra opinión y reflexión colectiva:

-Entendemos la necesidad de la construcción de  un espacio seguro dentro de la escuela, sabemos que el contexto social se encuentra embebido de violencias pero es necesario generar mecanismos e instancias de diálogo y contención que permitan prevenir y/o encausar dichas expresiones.

-La situación de violencia viene acrecentándose, y las autoridades deberían estar al tanto ya que ha habido elevación de notas, reuniones con en el equipo docente y en ellas se ha manifestado la preocupación por ésta situación y la advertencia de que podía llegarse a éstas instancias críticas;  en las cuales alumnos y docentes fueron agredidos físicamente, algunos de ellos heridos de gravedad.

-En ese sentido, se necesita fortalecer la institución, cubriendo todos los cargos de dirección. Recién hace tres semanas contamos con una directora, pero aún faltan cargos, como el de vicedirector y  prosecretaria. Como así también cargos de preceptorías, entendiendo que por el cupo estudiantil el faltante a la fecha es de un jefe de preceptores, y un preceptor más por turno.

-No existen condiciones en éste momento para desempeñar nuestras tareas docentes, tareas que ya se vienen viendo perjudicadas, ya que pasamos de situaciones de práctica docente, a tareas de cuidado y contención ante las violencias. Y ahora, la tarea más dificultosa, llegar sanos al final de la jornada. Dejando de lado prácticamente la enseñanza de contenido, que debería hoy ser prioridad, debido a las falencias que la pandemia profundizó.

– Creemos que se llegó a una instancia de suma gravedad, en la cual debemos reconstruir los lazos dentro y fuera de la escuela, y ésta tarea no admite más dilaciones ni excusas, sino que necesita una respuesta a la altura de las circunstancias. Repudiamos todas las expresiones de violencia y dejamos en claro que todo el cuerpo docente hace lo que está a su alcance para evitarlas con los limitados recursos con los que contamos.

Proponemos:

Trabajar en jornadas y/o talleres que incluyan equipo docente, directivos y equipo de orientación, reflexionando junto a los alumnos sobre la problemática de la violencia, a la vez que se abordan los casos particulares.

Involucrar a las familias a través de un Consejo de Padres o algún otro mecanismo, en pos de abrir las comunicaciones entre Escuela y Comunidad.

Trabajar en la elaboración del Acuerdo de Convivencia con el conjunto de la comunidad educativa (docentes/auxiliares/padres/alumnos)

Exigimos:

– Que las autoridades correspondientes garanticen la integridad física y psicológica del equipo docente, de auxiliares y directivos.

-Que se nos convoque a una reunión urgente para saber cómo las autoridades piensan resolver ésta situación crítica.

-Que se cubran todos los cargos vacantes, imprescindibles para el correcto funcionamiento institucional.

– Que se ponga en pie un Plan integral para el trabajo de las violencias, entendiendo que es una situación generalizada, no es la única escuela en la que sucede y se debe abordar como una problemática distrital y provincial.