Una PASO, tres confirmaciones

Por Ariel Martínez (candidato a concejal de la lista Juntos- Es Juntos Lista 506 1A) Contador Público, Magister en Gestión Empresaria y docente universitario, entre otras ocupaciones.

Pensar el resultado electoral con tan poco tiempo de ocurrido, es un desafío que nos puede llevar a construir conclusiones tan apresuradas como posiblemente equivocadas. Falta un trecho importante para llevar adelante el proceso que definirá los representantes a ser incluidos en los distintos cuerpos colegiados que forman las instancias de gobierno puestas a consideración del pueblo. No obstante lo señalado, como decía un querido profesor universitario que ya no tenemos entre nosotros: “Estimación mal hecha es la que no se hace”. Tenemos la obligación de pensar algunas ideas para clarificar la mirada sobre el resultado, para que algunos no piensen que tienen la “vaca atada” ni que otros piensen que “esto se da vuelta”.

Como expresa el título, creo que la PASO del pasado domingo 12 de Septiembre deja, al menos, tres confirmaciones que podemos reflexionar sin miedo a equivocarnos.

Se vuelve a confirmar la polarización.

En nuestro distrito, como en la primera sección electoral, como en toda la provincia y al igual que en toda la nación (más/menos), la mayoría de los votantes optaron entre dos opciones. Lamentablemente no es opinable, solo por tomar los datos oficiales publicados en nuestro pueblo poco más del 76% de los que fueron a votar, y tomaron una boleta, fue la de JUNTOS o la de TODOS. Sé que puede resultar antipático para las miles de personas que tomaron otras opciones o incluso para los referentes de esos espacios, pero no queda otra que admitir la existencia de dos tendencias contrapuestas que se dirimen elección tras elección (sobre todo desde el 2015) la mayoría en los procesos electorales.

“Cachetazo” para el oficialismo.

General Rodríguez no fue la excepción de la provincia y la nación, tal vez si fue una en el conurbano; el oficialismo perdió con valores pocas (o nunca) vistos en la historia democrática desde el retorno de la misma. Se puede perder una elección, ¡claro que si!…. pero con 15 puntos de diferencia y con una clara voluntad de la amplísima mayoría de votantes puesta en demostrar la falta de acompañamiento a la gestión actual (aproximadamente el 70% de los votantes eligieron otra opción, no la boleta azul), difícil de procesar. La lectura para tristeza de muchos no puede ser otra, el oficialismo perdió en nuestro pueblo prácticamente la mitad de sus votantes en términos absolutos y 20 puntos porcentuales con respecto a la elección general 2019. Seguramente muchos no fueron a votar, pero más que seguro muchos otros cambiaron su voto.

Darío Kubar el gran ganador.

No se puede sintetizar de otro modo el resultado electoral, el triunfo en las urnas es, y sin ser triunfalista, inmejorable. Se obtuvo el mayor logro posible en la interna (que toda la lista completa pueda ser la que se presenta a consideración del electorado en Noviembre) y se le ganó solo con los votos de “es JUNTOS” – Darío KUBAR al oficialismo.

En conclusión…

Falta jugar el partido por “los porotos”; hasta ahora fue para definir la integración de las listas. Como inicié la breve reflexión, nadie tiene la “vaca atada” y mucho menos se puede revertir tamaña derrota, lo que queda por ver es la “mega polarización” clásica de una elección a otra (entre el 80 y 90 %  de los votos o tal vez más entre dos fuerzas) y cómo será la distribución definitiva de los cargos puestos a consideración del pueblo, es decir, el que ya ganó por cuánto vuelve a ganar y la gestión que ya perdió cuántos votantes logra contener.