El regreso de las Palabras Mayores al Centro Vasco
En el marco de los 25 años que está cumpliendo el Centro Vasco Eusko Aterpea de nuestra ciudad, se produjo el pasado viernes 27 de septiembre el regreso de una muy interesante iniciativa de la institución luego de 10 años de interrupción, las charlas del ciclo Palabras Mayores, con relatos de la trayectoria de vida de vecinas y vecinos de nuestra comunidad y en esta oportunidad fue para recibir a Luis Enrique “Pocho” Bravo, quien durante años ejerciera como reconocido profesional de la odontología, tanto en el ámbito de la salud pública como privada, y se destacara en ese rol ante la sociedad. Nacido en el barrio de Palermo en la ciudad de Buenos Aires, más exactamente en Gascón y Honduras, donde permaneciera hasta los dos años y medio, quien hoy cuenta con 84 años de edad, y que en 1942, al haber sufrido poliomielitis que le afectó particularmente una pierna y por sugerencias de los médicos que lo atendían, la familia decide radicarse en nuestra ciudad buscando mejorar su calidad de vida en la que por aquellos tiempos se conocía popularmente como la “Córdoba chica”, tal la denominación que surge reiteradamente cuando se quiere mencionar las ponderables condiciones del clima reinante en la localidad. Su primera vivienda familiar estuvo ubicada en la esquina de la actual avenida Presidente Perón y José C. Paz. Concurrió al ciclo primario en la Escuela N° 6 Vicente López y Planes, recordando con mucho cariño a las docentes que tuvo en esa institución. Bravo recordó haber sufrido lo que hoy llamamos acoso escolar (“bullying”) por parte de compañeros de escuela por sus dificultades al caminar, a lo que él adjudica la razón de su fortaleza de espíritu para superar esa situación supuestamente negativa. La secundaria la hizo en la vecina ciudad de Luján, desplazándose en tren, ante la falta de esa oferta educativa en nuestra ciudad. Y que fue sacrificado para él y su familia debido a la situación económica tanto su desplazamiento a Luján, como el que luego debió encarar al emprender sus estudios universitarios en Buenos Aires, lo que representó indudablemente un gran esfuerzo. Recordó con satisfacción el regalo de sus padres de su primer sillón odontológico y los años que atendió en un consultorio sobre la calle Pedro Whelan, frente al edificio de lo que hoy es el Banco Santander. Mencionó también su militancia en el Partido Demócrata Progresista y que a raíz de haber sufrido entre el año 1975 y 1976 en la ciudad de Santa Fé el Dr. Ricardo Molinas un atentado con una bomba en su domicilio, él le dio cobijo en su casa durante un año en que Molinas permaneciera por ese motivo en nuestra ciudad. Recordemos que Molinas, durante la gestión del presidente Raúl Alfonsín, se desempeñó como Fiscal Nacional de Investigaciones Administrativas entre 1984 y 1991, ocupándose de casos muy relevantes para la compleja vida institucional de aquellos años. Manifestó también su satisfacción de como conoció a Mabel, su amada esposa, habló de su amor por sus tres hijos y recordó con mucho cariño a su abuela materna. Dijo estar disfrutando de su jubilación y se mostró sumamente preocupado por la actual situación económica del país. Habló de la estrecha relación que entabló con Cuba, luego de que realizara dos viajes con fines turísticos, se sintió atraído por prestar su colaboración a la salud pública cubana de sus conocimientos profesionales por su especialidad en el área de la cirugía bucomaxilofacial, que también desarrolló trabajando en el Hospital Vicente López y Planes de nuestra ciudad. Algunos aportes refrescando en algunos momentos la memoria del invitado fueron complementando sus valiosos testimonios que configuraron una charla que indudablemente acercan datos sumamente enriquecedores de una época del país y particularmente de nuestro distrito.