Pandemia, arte y educación
A raíz de la pandemia por COVID 19, y el ya conocido ASPO (aislamiento social preventivo y obligatorio) varios aspectos de nuestra vida social y laboral se vieron modificados, en mi caso también en la vida artística. Una nueva forma de encarar actividades desde la virtualidad, fueron diría yo, urgentes. Por empezar, como docente siento que, al igual que mis colegas, hemos aprendido a usar herramientas que hasta el momento desconocíamos y con una velocidad inimaginada, en post de garantizar el derecho a la educación de nuestros alumnos y alumnas. Palabras como videoconferencia, videollamada, clase virtual, plataformas, conectividad, empezaron a ser parte del vocabulario del día a día.
Una nueva forma de encarar actividades desde la virtualidad, fueron diría yo, urgentes.
En lo personal, como profesora de guitarra en un conservatorio, realmente ha sido un desafío trabajar de esta manera, brindar información, conocimientos, pero por sobre todo acompañar y sostener la motivación de los y las estudiantes que también han tenido cada uno/a el impacto de la situación en sus vidas. La realidad dejó a la vista la tan nombrada “brecha” entre los que tienen o no conectividad, (y con ella el acceso o no a la educación) y entre quienes cuentan con una computadora o deben realizar todas las actividades a través del celular, y con esto, la contemplación que cada docente ha tenido que tener. Para acompañar este tiempo, los docentes del Conservatorio de Mercedes, institución en la que trabajo desde hace 20 años, lanzamos un ciclo de música que va todos los miércoles a las 20 horas desde su Facebook, bajo la propuesta “En tiempos de aislamiento…la música nos acerca” y el cual va a sostener una programación de música de diferentes estilos en vivo o a través de videos que se extenderá hasta el mes de noviembre. En materia artística, la virtualidad nos da la posibilidad de compartir la música, con otras personas que geográficamente no están a nuestro lado. Grabar videos compartidos es una modalidad que se ha puesto de moda, pero ayuda a acompañar y acompañarse. Consiste en la grabación y filmación a cargo de cada músico/a desde su casa, luego, la edición del video, obteniendo como resultado un hermoso trabajo en grupo. Una vez terminado, se sube a las redes para que llegue a donde tenga que llegar. Otra forma del arte por estos tiempos, son los “live” o conciertos en vivo, desde la casa, en los que se cobra una “entrada” virtual. Parecerá raro, pero eso ayuda a cubrir la falta de presentaciones en vivo y apoyar la labor autogestiva e independiente, que al igual que otras, se ha visto muy perjudicada con esta realidad. Me despido simplemente, con la esperanza de que esto pase pronto y nos encuentre más fortalecidos como individuos y como sociedad.
Gabriela Battistini (especialmente para Síntesis Digital)
En tiempos de aislamiento…la música nos acerca